Una pregunta que se me repite es la de si buscar es en realidad rechazar lo que ya tenemos, lo que ya somos.

Cada una de las veces que tras una conversación te das cuenta de que la gente busca y busca para ser algo que no es, para tener algo que no tiene, para sentir algo que cree puede sentir, me da la sensación de que se aleja de su aquí y ahora.

No estar enter@s con lo que nos ocurre es algo normal en nuestros días. El mundo va veloz, la información, los pensamientos, las proyecciones, también.

Y la pregunta es, ¿qué es lo que no nos sostiene en nuestro momento presente?

Somos hueco, espacio habitado y desconocemos qué o quién lo habita.

Nuestros sentidos tienen dos caminos, el que lleva hacia afuera y el que recoge y conecta con la mirada interna. Una mirada poderosa, capaz de transformar todo aquello que sostiene.

Sostener, ese es el gran tema. Sostener y permanecer con lo que es; sin huir, sin inventar, sin cambiar nada. Sostener y ser conscientes de quiénes somos en este mismo instante, quienes somos con lo que ya sabemos, con lo vivido, con los sentido, con lo compartido. Sostener cualquier cosa que ocurra en esa observación y reconocerlo. Reconocerlo para acogerlo, para sentirlo como propio y soltarlo hacia lo Universal que también somos nosotros y que es espejo de cada un@.

    Yoga es escucha y mirada.

    Escucha que transforma hábitos, mirada que acoge sin juicios, respiración que abre caminos capaces de permanecer aquí y ahora sin el deseo de buscar fuera lo que ya tenemos y somos dentro.

    ¿Quizás dejar de buscar nos da el tiempo adecuado para que esa mirada funcione?

    Aceptando lo que tenemos y ya somos se abre el espacio que une y amalgama todo.

    Y si estamos unidos, enteros, amalgamados, siendo conscientes entonces de que podemos conocernos y de que lo que somos se ha creado a través de cada una de las elecciones que hemos hecho en nuestras vidas, ¿vamos entonces realmente a rechazarnos, vamos a querer buscar algo diferente de lo que somos? No, creo que no. Creo que la mayor “gracia” que podemos disfrutar es la de entender que no hace falta buscar nada, que no hace falta rechazar nada, que no hace falta seguir cultivando el desconocimiento de lo que ya somos.

    Inma Ibáñez

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