El Perdón

Perdonar tiene que ver con el ego, el egoísmo, la inseguridad, los complejos y el miedo. Si tienes estos sentimientos arraigados en tu alma es imposible poder estar en paz contigo mismo y si no lo estás contigo, ¿Cómo podrás perdonar a alguien? El primer paso sería deshacerte de todas esas energías que no te ayudan a seguir en tu camino hacia el perdón.

Ego:

Creer que tienes la razón en todo, que tu proceder es impecable, que nunca haces las cosas mal y que siempre piensas en los demás porque eres una buena persona, es estar en un ego muy absoluto y complicado de desapegar de ti. Aunque no imposible. Mírate tu propio ombligo desde la distancia, ¿Cómo haces esto? Medita sobre como suele manejarte tu ego y decidir por ti, mira las cosas que haces o dices, poniéndote en el lugar del otro y respira como te sientes ahí, en su lugar. Salir de nuestro propio patrón establecido y mirarnos desde otra perspectiva siempre ayuda mucho.

Egoísmo:

Si crees que por pedir perdón tienes que ceder ante las personas, tienes que entregar demasiada energía o dar demasiadas explicaciones, es que realmente no te estás valorando a ti ni a las personas con las que tienes ese conflicto. No querer entregarnos a los demás nos sume en un egoísmo que nos aleja de nuestra propia realidad, viviendo una realidad virtual y fuera de contexto. Sacar el egoísmo de nuestro ser, es simplemente hacer una labor de fe y creencia absoluta de que si me entrego de corazón recibiré paz.

El Perdón

Inseguridad:

Es algo que te hace dudar y tomar malas decisiones, te confunde y distorsiona, te ralentiza la capacidad de actuar y te bloquea dejando pasar la oportunidad de hacer las cosas bien. Solo que, al estar inseguro, tu mente genera mil excusas que en realidad solo te hacen estar más inseguro y en la oscuridad. La inseguridad se trabaja, sabiéndote sabio, cabal y capaz de hacer o decir lo que necesites proyectando luz a tus actos y a tus palabras. La inseguridad es una compañera complicada que quiere que dudes de todo para alejarte y separarte de tu sentir que es la luz que te hace especial, tú eres especial, todos lo somos. Tu inseguridad es la que no te deja ver tu brillo ni el de los demás.

Complejos:

Esto es algo que nace de la ficción, puesto que tú decidiste ser quién eres y como eres, así que deberías sentirte perfecto, pero claro, tu mente perversa, no te deja disfrutar de eso que viniste a ser y entonces tampoco te deja aceptar a los demás como son. Si tú te acomplejas de ti, no puedes ver la belleza en el otro, porque su belleza te ciega y molesta creándote conflictos graves con los demás a niveles muy oscuros. Libérate de todo eso y empieza a observarte con tu corazón, cuando te descubras a ti, descubrirás la hermosura de todo lo que te rodea, cambiando el objetivo de como ves las cosas, te acercarás en amor a todo y a todos.

El Perdón

Miedo:

Este será uno de los más complejos de sanar, puesto que la sociedad, nuestros padres, amigos, parejas, siempre están proyectándonos miedo a esto o aquello. Este patrón es sangrante por lo muy aferrado que lo tenemos a nosotros, pero claro, como todo, se puede trabajar. Teniendo en cuenta que no hay que sufrir por nada, puesto que nada debería desequilibrarnos, si tú estás en tu equilibrio el miedo no existe, lo difícil es llegar a ese equilibrio. Para eso debes entender que no puede afectarte lo que otros digan o hagan y que eres libre y capaz de hacer aquello que viniste a hacer a esta vida. El miedo es algo que simplemente hay que soplar, soltar y liberar con el viento y dejarlo ir para tener un mayor acercamiento, contigo y con los demás, ¿Cuántas veces por miedo te alejaste o no dijiste o simplemente te limitaste a no ser de verdad?

El Perdón familiar

Una vez sanado todo esto, punto por punto, sin saltarte uno o querer tomar atajos que solo te llevarán al fracaso emocional, simplemente perdónate puesto que todo lo vivido hasta hoy te hizo evolucionar y crecer, ámate ya que todo está bien, es parte de tu vida, saca el estrés que te haya podido producir todo. A cada uno nos va bien hacer cosas diferentes: llorar, meditar, escribir, bailar, perdonarte ante un espejo, pero hagas lo que hagas que sea de corazón. Porque o sino no servirá de nada, seguirás albergando esos malos sentimientos en ti, que harán el trabajo del perdón imposible de realizar. Una vez te hayas perdonado y sanado heridas, provocadas por ti, puesto que todo lo que te sucede en la vida, si tuviéramos que culpar a alguien, el único culpable serías tú. Culpar a los demás de tus actos, es una forma cómoda y cobarde de engañarte a ti mismo. Cuando esto esté curado de verdad, empezarás a poder perdonar a los demás, puesto que entenderás que todos jugaron el papel perfecto en la película de tu vida, para que llegaras a ser la mejor versión de ti mismo.

Así que, lo siguiente es estar agradecido a todas y cada una de las personas que se sacrificaron para hacerte mejor persona. Ellos, todos y cada uno de ellos, fueron tus maestros de vida. Perdona, agradece y ama, pues tu eres luz, pero los demás también lo son.

Adriana Casanovas Morales

E-mail: adriana_casanovas@yahoo.es

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