Me caí para adentro
Me caí para adentro

Me caí para adentro es una manera de decir. Representa un proceso de autoconocimiento muy profundo que comenzó «oficialmente» hace casi un año. Pero que, en realidad, tiene un punto de partida. Y ese punto de partida tiene que ver con una firme decisión de dejar un pasado de dolor atrás.

Cuando sientes que ya no puedes más, que las fuerzas se agotan, que ya no puedes seguir sosteniendo lo insostenible. Es cuando tocas fondo, y piensas: «O me quedo aquí y termino de hundirme», o «suelto amarras y navego hacia lo desconocido», aunque eso implique desapegarse de todo.

Hay quienes creen en Dios, otras personas creen en los ángeles, otros en el universo, la naturaleza, y tantos otros entes o figuras para representar «ese algo» que nos cuida y nos protege en este camino de la vida.

En ese momento de «tocar fondo» yo sentí que algo así me protegía, y que una fuerza interior brotaba para hacerle frente a lo incierto.

«Lo único cierto, es la impermanencia»

Y es que lo único cierto, es la impermanencia de las cosas. Este término, tiene un significado especial en el budismo. Y me voy a detener por un momento en este concepto. Para una cultura como la occidental, comprender esto no es algo fácil. Concebir la transitoriedad de lo que inevitablemente se desvanece. Todo cambia, y nada, absolutamente nada de lo que creemos propio, en realidad nos pertenece.

Cuando nos apegamos a cosas o a personas, y resistimos esta idea de la impermanencia, nos condenamos al sufrimiento y a la desdicha. Ese «estar esperando a que algo pase», o querer conservar algo (ya sea algo material o una relación) nos desgasta, nos quita energía, nos condena a una espera sin fecha de caducidad.

Negar la impermanencia también nos lleva a negar la posibilidad de avanzar y evolucionar en nuestro «estar siendo». Pregúntate: ¿Eres la misma persona que hace diez, cinco, un año atrás? ¿Ya viste como sí pudiste superar aquello que creías insuperable? ¿Ya estás disfrutando de aquello que creías inalcanzable? Con estas preguntas, quiero que te des cuenta de que lo que creías que iba a ser siempre así, terminó por dar un giro. Revisa tu línea de tiempo y te darás cuenta de que esta ley de la impermanencia ha estado presente sin que te des cuenta.

Renacer de las cenizas

A menudo verás en mis publicaciones un Ave Fénix azul. Es una figura que me representa totalmente. Así me he sentido a lo largo de la vida, como ese ave que renace una y otra vez de sus cenizas. En este «caerme para adentro» descubrí que tenía una fuerza interior que me permitió salir adelante, a pesar de las circunstancias. También pude reconocerme como una persona resiliente, capaz de lograr lo que me proponga. Me reencontré con mi capacidad para estudiar, con mi creatividad, con mis habilidades, con mis valores, me encontré a mí.

En este «caerse para adentro» es fundamental reconocer tanto las luces como las sombras. Y a esas sombras, iluminarlas para sanarlas. Reconocer que todo lo silenciado durante tantos años pesaba en la espalda, en el cuello y bloqueaba mis cuerdas vocales. Reconocer que todas esas emociones que no me permití expresar y que al pasarlas por el cuerpo se habían ido acumulando en creencias que me limitaban, en falta de autoestima y de amor propio, entre otras cosas.

Caerse para levantarse

Caerse para adentro es necesario para poder obtener ese crecimiento personal. Pero ese caerte, también implica que te levantes. Poco a poco, a tu tiempo. Respetando tu proceso, atendiendo a tus emociones, haciendo foco en las posibilidades que te aperturan a un mejor destino. Y ese destino que te espera se llama bienestar, plenitud, paz, consciencia, vida sana. No importa en que momento te encuentres, tienes que saber que dentro tuyo habita esa fuerza que te sostiene y empuja a que puedas levantarte. Si necesitas quien te acompañe, puedes buscarme.

Recuerda, y hazte consciente de la impermanencia de las cosas. La vida misma lo es. La vida es un flujo constante, como un rio. ¿Acaso alguien se atrevería a decirle al rio que pare y deje de fluir? Sé como ese río, fluye con la vida. Pase lo que pase no te detengas, y sabes que si te caes, siempre podrás levantarte otra vez.

Débora Quilaqueo

#poradultossanosemocionalmente

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