“No puedo con todo”. Esta frase ¿Te suena? ¿La dices más de una vez a la semana? O ¿Al día?

No te preocupes. Bienvenida y bienvenido a la sociedad moderna. Esa sociedad en la que vivimos. Estructurada para hacer cien mil cosas, con tan solo, 24 horas al día.

De las cuales, 7 horas mínimo, son para dormir y descansar.

Seguro, que te sonarán también, estas frases:

 “No puedo partirme en dos”, “Necesito que mi día tenga más horas”, “No llego”, “No tengo un hermano gemelo que me sustituya”…Y muchas más.

Y si te digo que hay una técnica muy sencilla que te puede ahorrar tiempo y disgustos.

No tengo una varita mágica, ni una máquina del tiempo. Es una técnica que no me la he inventado yo, por supuesto. Pero desde que la descubrí, vivo más feliz y menos estresada, que es de lo que se trata.

Igual la conoces y no te descubro nada nuevo. Si es así, te agradecería que me dejaras tu comentario, si te salvó la vida como a mí.

Te cuento y te pongo en situación. Cómo llegó a mí. No la suelto desde entonces. Como si se tratara del anillo de Gollum en mi poder. Tal cual, en la película, del Señor de los Anillos.

Andaba una época muy atareada, como siempre, pero un poco más de lo habitual.

Siempre he sido de hacer listas para organizarme con mis tareas.

Pero aún así esas listas no hacían otra cosa más que recordarme que me quedaban una infinidad de cosas por hacer.

Todos los días añadía algo nuevo a la lista que se acumulaba con lo que me había quedado sin hacer del día anterior.

La lista iba aumentando hasta que se convertía en un libro interminable.

Lo comenté con una persona que conozco muy organizada y que es experta en Coaching empresarial.

Me pasó una técnica que desconocía hasta entonces y me alegró el día, que digo, la vida.

Se llama el cuadro o la matriz de Eisenhower.

Se trata de organizar tu lista de tareas en un cuadro que se distribuye de la siguiente manera:

  • Tareas «importantes» y «urgentes». Estas tareas son de vital importancia, Las primeras a realizar.
  • Tareas «importantes» pero «no urgentes». Estas corresponden a metas de largo plazo y tareas que son importantes para tu desarrollo profesional y personal pero que no tienen una fecha de vencimiento definida o a largo plazo.
  • Tareas «no importantes» pero «urgentes». Estas son las tareas que puedes delegar o programar para después.
  • Tareas «no importantes» y «no urgentes». Estas tareas son las que deberías dejar de lado y eliminar.

     

    Así quedaría tu cuadro:

     URGENTENO URGENTE
    IMPORTANTE

    Tareas a realizar de inmediato.

     

    Tareas que debemos planificar para resolverlas adecuadamente.
    NO IMPORTANTE

    Estas tareas debes delegarlas.

     

    Eliminarlas de nuestra lista temporal o definitivamente.

     

    Una vez rellenado el cuadro, debes ir tachando las tareas realizadas, hasta completarlo. Entonces hacemos un cuadro nuevo.

    Puede ocurrir que en un cuadro, vayan cambiando las tareas de prioridad. Las iremos moviendo de cuadrante.

    Te aseguro, que es una tranquilidad, tener tus tareas organizadas, en este cuadro.

    Espero que te haya ayudado esta técnica.

    Si la conocías, cuéntame sobre tu experiencia. Si la acabas de descubrir, no esperes a ponerla en práctica.

    Ahorrarás tiempo y calidad de vida. Al menos, es lo que he ganado yo, desde que la incorporé a mi vida.

    ¡A disfrutar de la vida!

    Vanessa Martín Ardanaz

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