APARIENCIA

Siempre he dicho que a las personas nunca se las termina de conocer ya que ni siquiera somos capaces de conocernos a nosotros mismos.

Ante esto, observo que a la gente le gusta disfrazarse, ponerse máscaras, sin ser carnaval, pero no saben que la goma de la careta termina por romperse, la de la mascarilla también, asique lleva alguna de repuesto…

Casi todos aparentamos algo diferente a lo que somos. Déjamos ver el lado que queremos o nos interesa, unos para no ser vulnerables otros para poder atacar sin que los demás se lo esperen.

Me encanta observar y analizar el comportamiento de las personas. ¡Ojo! No juzgar. Yo como el mono de WhatsApp veo, escucho y callo, pero además yo también analizó, pero nunca nunca juzgo.

Me encantan los refranes, al final son expresiones de antaño que a base de repetirse una misma situación alguien se le ocurriría resumirlo en una frase de forma jocosa. Un refrán es una realidad, es experiencia pura y dura.

Y aquí van un par de ellos analizándolo desde el punto de vista social.

– Lobo con piel de cordero.

Hay personas que por su timidez e inocencia te arrancarán una sonrisa, despertarán tu compasión y tu ternura. Tras esa inocente imagen pueden esconder un lado secreto, más oscuro de lo que jamás podrías imaginar.
Lo disfrazan con su aparente dulzura, con su voz queda, con su mirada furtiva y su aspecto inocente.

No los subestimes ni te compadezcas, son diestros y tienen habilidades especiales.

Son expertos, engañan y, si intuyen que se sospecha de ellos o se sienten acorralados trataran de embaucarte con la pena. Harán alarde de heridas desmedidas, de dolor insoportable y de tragedias increíbles para despertar tu compasión.

Así que ten cuidado en quién confías porque el diablo antes de ser diablo fue ángel y Judas antes de ser traídor fue discípulo.

– No es tan fiero el león como lo pintan.

Por otro lado, la antítesis, las personas que, a priori, parecen déspotas y engreídas.
Aquellas sobre las que se ha forjado una reputación como depredadores sin nunca haber tenido una víctima.
Aquellas sobre las que su envoltorio es peor que su mordida.
Aquellas que probablemente lo único que hacen es ponerse un escudo protector para no salir heridas.
Aquellas que lo único que desean es que no les vuelvan a hacer daño y lo ocultan tras una verborrea exagerada y un humor  sarcástico.
Esas personas en las distancias cortas ganan, ahí es dónde realmente se les conoce y te das cuenta de que es mejor un fiero león delante que un perro traídor detrás.

Beatriz Arias

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