Ser flexible ¿Sólo en la práctica de yoga?

El yoga es una práctica que te da la oportunidad de buscar un bienestar físico, pero también mental. Debes permitirte un tiempo para conocerte, para cuidar de ti. 

Una de las palabras que más se asocian con el yoga es flexibilidad y muchas personas sienten que no es para ellos porque creen que no son flexibles (en referencia a la parte física).  

La flexibilidad no solo existe en el cuerpo, sino también en la mente. Si te acercas a una clase con curiosidad, con escucha a tu cuerpo y con la mente abierta a tu práctica, verás que tu práctica es única y que es distinta a la del resto de personas que te rodean. 

Claro que el yoga te ayudará a ir ampliando tu rango de movimiento, con la práctica, y flexibilidad, peo muchas veces, las rigideces que vemos en nuestro cuerpo, tienen que ver con nuestra rigidez mental. 

Ser flexible con uno mismo en la práctica, te lleva a ser flexible contigo mismo. 

Recordando que todo lo que pensamos influye en nuestro cuerpo y que lo que nuestro cuerpo hace influye en nuestra mente, es importante entrenar ambas cosas, cuerpo y mente. 

Al igual que ocurre con la parte física, la flexibilidad mental se gana con paciencia y constancia. Al principio cuesta, igual que cuesta realizar una postura por primera vez. A nivel mental, solemos resistirnos antes imprevistos o situaciones indeseadas, nos oponemos y sufrimos. Al trabajar su flexibilidad, la mente se va entrenando, aprende a encontrar equilibrio.  

¿Cómo lo hacemos? 

Ayúdate de la respiración.

Cuando entres en una postura, ayúdate de la respiración, dejando que el cuerpo entre poco a poco, respetando sus posibilidades ese día. Si llevas la atención a la respiración, te mantienes presente. Ves si tu mente quiere ir más allá, sin escuchar al cuerpo, por seguir el ego; o si, por el contrario, comienzas a percibir y a quedarte donde tu cuerpo esté bien.

Aprendes que tu cuerpo no está igual todos los días y que tu mente tampoco lo está. Aceptas los cambios que se producen y, en lugar de ir en contra, no juzgas lo que ocurre, y te permites estar ahí, dejando que tanto cuerpo como mente, encuentren su estado. 

Esta actitud se traslada al día a día en todos sus ámbitos, viviendo una vida más consciente, plena y en armonía, disfrutando de esa flexibilidad mental. 

Un abrazo.

Beatriz Ledesma

La Calma de Bea 

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